martes, 25 de noviembre de 2014

La confianza

Recuerdo una vieja película de Paul Newman: La leyenda del indomable ("Cool hand Luke" en el original).

Trata de la vida de un tipo que acaba en una prisión de la América profunda de los 60, sometido a trabajos forzados y vejaciones varias. Un ambiente nada agradable. Si estos datos no son suficientes para ubicar la película, diré algo más: 50 huevos duros en una hora. Quien haya visto la película, la recordará al momento.

Es una escena memorable. Luke, el protagonista, ya se había ganado fama de tozudo, cabezota y obstinado. Hace una apuesta: dice ser capaz de comerse 50 huevos en una hora. ¿Por qué 50? Le pareció un número redondo. No creo que sorprenda que diga que consigue ganar la apuesta. Pero yo no recuerdo la película por esa escena, sino por una frase. En cierto momento, tras marcarse un farol en una partida de póker, alguien le dice que no tiene nada. Él contesta:

"Algunos piensan que la confianza en uno mismo no vale nada".

La cita puede no ser exacta. Pero el sentido de la frase lo clava.

Hay otra frase más habitual sobre lo mismo: "querer es poder".

Yo creo que es una frase muy controvertida. Los que no creen en ella dicen que hace falta bastante más que querer para lograr las metas: talento, fuerzas, conocimiento, trabajo, incluso dinero. Los que creemos en ella no negamos lo anterior. Pero el querer, el poder de la convicción, permite salvar escollos que parecerían imposibles a otros. Querer no permite caminar en el aire. Pero permite encontrar caminos reales donde otros no los ven.

A fin de cuentas, lo que somos está en nuestro coco. Nuestras fortalezas, nuestras capacidades, nuestros límites,... si alguien nos pregunta "¿puedes hacer esto?", será nuestra cabeza la que responda. Y si nos los preguntamos a nosotros mismo, también. Pero es algo tan subjetivo, tan irreal... que lo cierto es que no hay forma de saber exactamente la respuesta a esa pregunta hasta que la realidad se pone por delante. Y es ahí donde entra en juego la confianza. Porque será el coco el que, enfrentado a la realidad, decida cuándo ha dicho su última palabra.

Hay cosas que nunca podré hacer. Nunca podré levantar una piedra de 1000 kg con mis manos, por ejemplo. Hay otras cosas que sí puedo hacer. ¿Puedo levantar una piedra de 1 kg.

Y entre 1 kg y 1000 kg... ¿dónde están mis límites? Dependerá de la confianza y convicción que ponga en ese esfuerzo.

Si lo quiero lo suficiente, podré alejar esa barrera más allá de lo que pueda pensar en frío.

Eso es la confianza.



Confianza