miércoles, 12 de octubre de 2022

Batalla

Sentado ante el tablero, observaba el juego. La batalla había empezado en una esquina alejada, y se había propagado sin control.

Blanco y negro. Lleno y vacío. 

Había sido víctima de una sucia treta, y ahora su rival se le había adelantado. Tenía que volver a pensar friamente. ¿Qué hacer? Se encontraba ante una decisión difícil, teniendo que resolver una trampa lógica, un falso sofisma sin palabras que le atenazaba. Se le ocurrían muchos planes. Uno tras otro, pero ninguno era suficiente. El primero, el siguiente, el siguiente... uno le dejaba tuerto, otro le dejaba cojo.

Seguía sin ver solución.

Pasaba el tiempo. El reloj, ajeno al mundo, seguía su curso. Un minuto, diez, cuarenta, una hora, y media más. Su cuerpo seguía inmóvil, sus ojos fijos recorriendo el tablero sin parar de considerar alternativas, tácticas y estratagemas para eludir la trampa.

Finalmente, se movió.

Separando los dedos, alargó la mano hacia el bol y tomando una piedra, la jugó silenciosamente.

Al otro lado, otro par de ojos observaban su movimiento, y revelaron que lo que veían no era lo que esperaban. Tal vez la batalla no seguiría el curso esperado. Se conocería el resultado a tardes horas del día, pero para conocer el resultado de la guerra, habría que esperar hasta abril.